Donald Trump ha pasado apuros para encontrar un mensaje coherente a las preguntas sobre el aborto y los derechos reproductivos.
El expresidente estadounidense ha cambiado constantemente de postura o ha ofrecido respuestas vagas, contradictorias y a veces sin sentido a preguntas sobre un tema que se ha convertido en una vulnerabilidad significativa para los republicanos en las elecciones de este año. Trump ha estado tratando de ganarse a los votantes escépticos sobre sus puntos de vista —especialmente a las mujeres—, sobre todo después de que hace dos años nominara a tres jueces de la Corte Suprema que contribuyeron a anular el derecho nacional al aborto.
El ejemplo más reciente de sus posturas cambiantes llegó esta semana, cuando el candidato presidencial republicano dijo que algunas leyes sobre el aborto son “demasiado duras” y que serían “rehechas”.
“Se van a rehacer”, declaró durante un debate público en Fox News transmitido el miércoles. “Ellos van a, ustedes van a acabar teniendo un voto de la gente. Son demasiado duras, demasiado duras. Y se van a reformar porque ya hay un movimiento al respecto en esos estados”.
Trump no especificó si se refería a que tomaría algún tipo de medida si gana en noviembre, y no dijo de qué estados o leyes estaba hablando. No dio más detalles sobre lo que quería decir con “rehacer”.
Pareció también contradecir su propia postura al referirse a las estrictas prohibiciones del aborto aprobadas en estados controlados por republicanos desde que la Corte Suprema anuló el fallo del caso Roe vs. Wade. Trump dijo recientemente que votaría en contra de una enmienda constitucional que aparece en las boletas de Florida, con la cual se pretende revocar la prohibición del estado a efectuar abortos después de seis semanas de embarazo. Expresó dicha decisión después de haber criticado la ley por considerarla demasiado dura.
Trump ha oscilado entre jactarse de haber nominado a los jueces que contribuyeron a anular la protección federal del aborto y tratar parecer más neutral. Ha sido un intento de pisar con cautela en medio de la división que existe entre su base de simpatizantes antiabortistas y la mayoría de los estadounidenses que apoyan el derecho al aborto.
Alrededor de 6 de cada 10 estadounidenses creen que su estado debería permitir en general que una persona pueda abortar legalmente si no quiere quedarse embarazada por cualquier motivo, según una encuesta realizada en julio por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research. Votantes de siete estados, incluidos algunos conservadores, han protegido el derecho al aborto o han echado por tierra los intentos de restringirlo en votaciones estatales en los dos últimos años.
Trump también ha estado repitiendo la versión de que le devolvió la cuestión del derecho al aborto a los estados, a pesar de que los votantes no tienen voz directa sobre ése o cualquier otro asunto en aproximadamente la mitad de los estados. Esto es particularmente cierto para los que viven en el sur de Estados Unidos, donde legislaturas controladas por los republicanos —cuyos miembros muchas veces han llegado allí favorecidos por modificaciones en distritos electorales para dar al Partido Republicano un poder desproporcionado— han promulgado algunas de las prohibiciones más estrictas del aborto desde que se revocó el fallo del caso Roe vs. Wade.
Actualmente, 13 estados han prohibido el aborto en todas las fases del embarazo, mientras que otros cuatro lo prohíben después de las seis semanas, antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas.
Mientras tanto, grupos antiaborto y sus aliados republicanos en gobiernos estatales están utilizando una serie de estrategias para contrarrestar iniciativas electorales propuestas en al menos ocho estados este año.
A continuación presentamos un desglose de las posturas cambiantes de Trump sobre los derechos reproductivos:
Cambios de opinión sobre Florida
Trump dijo el martes que algunas leyes sobre el aborto son “demasiado duras” y que serían “rehechas”.
Pero en agosto, el aspirante republicano indicó que votaría en contra de una medida electoral de Florida que intenta derogar la prohibición de abortar tras seis semanas de embarazo, aprobada por la Asamblea Legislativa controlada por los republicanos y promulgada por el gobernador republicano Ron DeSantis.
Eso ocurrió un día después de que pareciera indicar que votaría a favor de la medida. Previamente, Trump dijo que la prohibición de Florida de abortar tras seis semanas era un “error terrible” y demasiado extrema. En una entrevista con la revista Time en abril, el expresidente repitió que “pensaba que seis semanas es demasiado riguroso”.
Trump sobre el veto a una prohibición nacional
El último cambio de postura de Trump involucró su opinión sobre una prohibición del aborto a nivel nacional.
Durante el debate del 1 de octubre entre aspirantes a la vicepresidencia, Trump publicó en su red social Truth Social que vetaría una prohibición nacional del aborto: “Todo el mundo sabe que no apoyaría una prohibición federal del aborto, bajo ninguna circunstancia, y que, de hecho, la vetaría”.
Esto ocurrió apenas unas semanas después de que Trump se negara repetidamente a decir durante el debate presidencial con la demócrata Kamala Harris si vetaría una prohibición a nivel nacional del aborto si fuera elegido.
El compañero de fórmula de Trump, el senador de Ohio JD Vance, dijo en una entrevista con NBC News antes del debate presidencial que Trump vetaría una prohibición. En respuesta a los moderadores del debate que le preguntaron por la declaración de Vance, Trump señaló: “No lo hablé con JD, para ser honesto. Y no me importa si él tiene determinada opinión, pero no creo que estuviera hablando por mí”.
De ser partidario del aborto a respaldar la prohibición tras 15 semanas de embarazo
Las posturas cambiantes de Trump en materia de aborto comenzaron cuando el exastro de reality shows y promotor inmobiliario empezó a coquetear con postularse a las elecciones.
Una vez dijo que él estaba “muy a favor del aborto”. Pero antes de convertirse en presidente, Trump declaró que “sí apoyaría una prohibición”, según su libro “The America We Deserve” (“El Estados Unidos que merecemos”), publicado en 2000.
En su primer año en la presidencia, dijo que era “antiaborto con excepciones”, pero también indicó que “tiene que haber algún tipo de castigo” para las mujeres que quieren abortar, una posición de la que se retractó rápidamente.
En la Marcha por la Vida anual de 2018, Trump expresó su apoyo a una prohibición federal del aborto dentro o después de las 20 semanas de embarazo.
En marzo, Trump dejó entrever que podría apoyar una prohibición nacional del aborto a partir de unas 15 semanas de embarazo antes de anunciar que dejaría el asunto en manos de los estados.
Opinión sobre las píldoras abortivas y enjuiciar a las mujeres
En la entrevista con Time, Trump dijo que debería dejarse en manos de los estados la decisión de enjuiciar a las mujeres por abortar o de monitorear sus embarazos.
“Los estados van a tomar esa decisión”, declaró el aspirante republicano. “Los estados van a tener que sentirse cómodos o incómodos, no yo”.
Los demócratas han aprovechado los comentarios que hizo en 2016, cuando dijo que “tiene que haber algún tipo de castigo” para las mujeres que abortan.
Trump también se negó a comentar sobre el acceso a la píldora abortiva mifepristona, alegando que tiene “opiniones bastante firmes” al respecto. Dijo que haría una declaración sobre el tema, pero nunca la hizo.
El exmandatario respondió de forma similar cuando se le preguntó su opinión sobre la Ley Comstock, una legislación del siglo XIX que ha sido retomada por grupos antiabortistas que intentan obstruir el envío de mifepristona por correo.
Fecundación in vitro y anticoncepción
En mayo, Trump señaló durante una entrevista con un canal de televisión de Pittsburgh que estaba abierto a apoyar regulaciones sobre la anticoncepción y que “muy pronto” su campaña daría a conocer una directriz política sobre el tema. Más tarde dijo que sus comentarios fueron malinterpretados.
En la entrevista con la televisora KDKA se le preguntó a Trump: “¿Apoya alguna restricción al derecho de una persona a la anticoncepción?”.
“Estamos estudiando eso y voy a tener una política al respecto muy pronto”, respondió el republicano.
Desde entonces, el expresidente no ha emitido ninguna directriz en materia de anticoncepción.
Trump también ha hecho declaraciones contradictorias sobre la fecundación in vitro.
Durante el debate público de Fox News, que se grabó el martes, Trump declaró que él es “el padre de la FIV”, a pesar de reconocer durante su respuesta que en febrero necesitó que le dieran una explicación sobre la FIV, luego de que la Corte Suprema de Alabama dictaminara que los embriones congelados pueden ser considerados niños bajo la ley estatal.
Trump dijo que le pidió a la senadora republicana Katie Britt que le “explicara muy rápidamente que era la FIV” tras la sentencia.
A medida que aumentaba la preocupación por el acceso a los tratamientos de fertilidad, Trump se comprometió a promover la fertilización in vitro exigiendo a las compañías de seguros médicos o al gobierno federal que la paguen. Una medida así sería opuesta a las acciones de gran parte de su propio partido.
A pesar de que el Partido Republicano ha tratado de crear una narrativa nacional de que es sensible a la FIV, estos mensajes han sido socavados por legisladores estatales republicanos, tribunales dominados por republicanos y líderes antiaborto dentro de las filas del partido, así como por la oposición a los intentos legislativos para proteger el acceso a la FIV.
Por: Noticonexion/AP