noticonexion.com
Tragedia reabre el debate sobre seguridad y conducta en la UASD
La muerte de un miembro de la seguridad de la UASD, tras ser atacado por un estudiante el pasado 17 de octubre, obligó a la academia a anunciar un rediseño total de su estrategia de protección interna. El hecho también reactivó las alarmas sobre la recurrencia de comportamientos sexuales inapropiados dentro del campus. Mientras caminaban por la explanada, dos estudiantes comentaban que “todo el mundo sabe que esas cosas pasan desde hace años, pero nada cambia hasta que ocurre una tragedia”, una frase que resume el sentir de muchos frente a la situación.
Las autoridades sostienen que el ataque habría tenido como origen un incidente ocurrido la noche anterior, cuando el agresor fue sorprendido en un supuesto acto sexual dentro del campus. La víctima, Lyedgers Encarnación Peña, falleció en el hospital. El agresor, Alexander Jiménez Galván, de 35 años y estudiante de Derecho, cumple tres meses de prisión preventiva.
Antecedentes de conductas inapropiadas en la academia
La UASD ha sido escenario, desde hace años, de episodios que involucran a estudiantes y docentes en situaciones sexualmente comprometedoras, tanto en la sede central como en recintos regionales.
En febrero de 2025, cuatro jóvenes quedaron expuestos tras difundirse un video donde se les acusaba de practicar un supuesto acto sexual en los baños del viejo edificio Julio Ravelo de la Fuente, ya clausurado. En 2019, el profesor de Derecho Edgar Torres Guzmán fue expulsado por insinuaciones indecorosas a alumnas del centro Santiago–Puerto Plata. Antes, en 2011 y 2007, otros dos docentes también fueron apartados por acoso sexual.
El Estatuto Orgánico y el Código de Ética establecen sanciones que van desde suspensión hasta expulsión para quienes afecten el patrimonio institucional o violen las normas internas.
El campus capitalino, de casi 460,000 metros cuadrados y que acoge a más de 100,000 estudiantes, presenta zonas vulnerables que facilitan comportamientos contrarios al reglamento. Una denuncia publicada en septiembre impulsó la iluminación de áreas internas, pero aún persisten tramos a oscuras, como la entrada del lado este. También siguen sin encenderse las torres centrales entre Alma Máter y Paulo III.
Además, estudiantes afirman que la vigilancia motorizada no cubre a tiempo sectores amplios del recinto. Identifican como puntos críticos los parqueos, el área verde entre la Rectoría y la Facultad de Economía, las embajadas estudiantiles y los baños de edificios poco concurridos. A esto se suma el fácil acceso de personas ajenas a la institución.
Medidas del nuevo plan de seguridad
Tras la tragedia y con un presupuesto para 2025 de 16,186 millones de pesos, la universidad anunció un plan de 15 medidas para reforzar la seguridad y mejorar el control interno.
El proyecto incluye la dotación de equipos tácticos, la creación de un sistema de seguimiento de casos y la implementación de un reglamento de seguridad actualizado. Asimismo, el campus será dividido en cuadrantes para optimizar la vigilancia, se completará la iluminación interna y se limpiará la vegetación con el fin de eliminar puntos ciegos.
Los parqueos de profesores y empleados contarán con control automatizado, y se implementará un sistema de transporte interno mediante trenes, carritos y patrullas motorizadas, con el objetivo de garantizar un desplazamiento más seguro dentro del recinto.
De esta manera, la UASD busca transformar un momento doloroso en una oportunidad para reforzar su compromiso con la seguridad, la disciplina y la convivencia responsable dentro del campus.
Por: Noticonexion
