Arabia Saudí será confirmada por la FIFA el miércoles como anfitriona de la Copa del Mundo de fútbol masculina de 2034, otorgándole al adinerado reino petrolero su mayor premio hasta la fecha tras el masivo gasto en deportes de repercusión global impulsado por el príncipe heredero, Mohammed bin Salman.
La decisión completa un proceso de candidatura de 15 meses en su mayoría opaco que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ayudó a dirigir hacia Arabia Saudí sin la competencia de otro candidato, sin responder preguntas y que, según grupos de derechos humanos, pondrá en riesgo la vida de los trabajadores migrantes.
El órgano rector del fútbol mundial y las autoridades saudíes dicen que albergar el torneo de 2034 puede acelerar el cambio, incluyendo más libertades y derechos para las mujeres.
El camino para la victoria saudí se despejó el año pasado cuando la FIFA aceptó un plan para organizar el Mundial de 2030 en tres continentes, encabezado por España, Portugal y Marruecos. Esa candidatura también recibirá el miércoles la aprobación ante las más de 200 federaciones miembros de la FIFA que participarán en una reunión virtual presidida por Infantino desde Zúrich.
El acto iniciará una década de escrutinio sobre las leyes laborales saudíes y el trato a los trabajadores, en su mayoría procedentes del sur de Asia, que son necesarios para ayudar a construir y mejorar 15 estadios, además de hoteles y redes de transporte antes del torneo de 104 partidos.
Está previsto que uno de los estadios se construya a 350 metros (yardas) de altura en Neom —una ciudad futurista que aún no existe— y otro, que llevará el nombre del príncipe heredero, se situará en lo alto de un acantilado de 200 metros cerca de la capital, Riad.
Durante la campaña de su candidatura, la FIFA aceptó un escrutinio limitado del historial de derechos humanos de Arabia Saudí, que fue ampliamente criticado este año en Naciones Unidas.
Grupos de derechos saudíes e internacionales y activistas advirtieron a la FIFA que no ha aprendido las lecciones de los criticados preparativos de Qatar para albergar el Mundial de 2022.
El reino planea gastar decenas de miles de millones de dólares en proyectos relacionados con la Copa del Mundo como parte del amplio proyecto Visión 2030 del príncipe heredero, que tiene como objetivo modernizar la sociedad y la economía saudí. En el centro del plan está el gasto en deportes del Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés), que dispone de 900.000 millones de dólares y está supervisado por el príncipe. Los críticos señalan que se trata de un “lavado deportivo” de la reputación del reino.
El príncipe, conocido como MBS, ha establecido estrechos lazos de trabajo con Infantino desde 2017 — alineándose con el organizador del evento deportivo más visto en lugar de enfrentarse directamente al sistema establecido como hizo con el revolucionario proyecto de golf LIV.
El resultado para Arabia Saudí y la FIFA ha sido un progreso fluido hacia la victoria del miércoles con una resistencia limitada por parte de las autoridades futbolísticas, aunque sí de algunas futbolistas internacionales.
El flujo constante de dinero saudí hacia el fútbol internacional está llamado a aumentar.
La FIFA creó una nueva y más alta categoría de patrocinador de la Copa del Mundo para la petrolera estatal Aramco, y los fondos saudíes sufragarán el Mundial de Clubes 2025 en Estados Unidos, que es un proyecto personal para Infantino.
La entidad que rige el fútbol en América del Norte, CONCACAF, firmó un acuerdo de varios años con la PIF, los estadios saudíes albergan juegos de la Supercopa de Italia y España, y casi 50 federaciones miembro de la FIFA han firmado acuerdos de trabajo con homólogos saudíes.
El gasto desorbitado de los clubes saudíes propiedad de PIF en los últimos dos años para fichar y pagar a futbolistas como Cristiano Ronaldo, Neymar, Karim Benzema y Sadio Mané, ha dejado cientos de millones de dólares en el fútbol europeo.
Esa influencia podría ser clave en las negociaciones para acordar en qué meses se disputará el Mundial de 2034. La franja de noviembre-diciembre que se empleó en Qatar en 2022 para evitar el calor extremo del verano se complica ese año porque el mes sagrado del islam, el Ramadán, será hasta mediados de diciembre y Riad albergará también la Olympic Esports Series.
Enero de 2034 podría ser una opción, y probablemente la mejor para los clubes y ligas europeas, luego de que el Comité Olímpico Internacional dijo que veía pocos problemas en la coincidencia con los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake, que arrancarán el 10 de febrero de 2034. El COI también tiene un importante acuerdo comercial con Arabia Saudí para albergar los nuevos Juegos Olímpicos de Esports.
Por: Noticonexion/AP