Juan Carlos Pichardo Jr. creció riendo con los personajes y el humor que crearon Luisito Martí, Freddy Beras Goico y Milton Peláez. Desde muy niño ellos fueron sus primeros mentores para lo que sería su verdadera profesión.
En su adolescencia se disfrutó la serie “Ciudad Nueva” y “Los Electrolocos”, de Alfonso Rodríguez, y siempre admiró a los imitadores Oscar Pérez y William Díaz. Pero su mayor referencia fue Julio Sabala. De su padre, el actor y humorista Juan Carlos Pichardo, adquirió la disciplina, la responsabilidad al asumir un personaje y el respeto al público.
De sus 26 años, bien vividos, ya divorciado, dedicó diez a la milicia. A los 16 se enlistó en el ejército y solo alcanzó a ser raso. También desde muy pequeño se interesó por la música, especialmente por la batería. Con ella comenzó a ganarse la vida en algunos bares tocando el instrumento, aunque su facilidad para la música le permitió aprender a tocar siete instrumentos entre ellos piano, bajo, guitarra y percusión, entre otros, por eso también en una época fue profesor de música.
Estando en la milicia decidió dedicarse a lo que realmente le hacía feliz, hacer reír. “Un día me dediqué a ser feliz y aquí estoy haciendo reír a la gente. Realmente es lo que me gusta hacer en la vida, trabajar el humor”, confesó Pichardo.
En los escenarios no lleva muchos años, inició pidiendo 10 o 15 minutos en los shows de Casa de Teatro, el estilo Stand Up Comedy fue su apertura y hoy, ya es una de las nuevas propuestas del humor establecidas, y quizás con más futuro.
Juan Carlos se hace llamar “El imitador de voces”, aquí ha estado su fuerte. Su show lo ha ido alimentando con imitaciones de gente conocida (voces, ademanes, gestos y actitudes), canciones, chistes y una orquesta en vivo.
Actualmente está disfrutando de una buena demanda como humorista para presentaciones en diferentes partes del país y en Estados Unidos, pero su norte es recorrer el mundo, tal como lo ha hecho Julio Sabala.
“Julio Sabala es la mejor referencia que tenemos los humoristas dominicanos para exportar nuestro humor. Con los años yo he ido alimentando mi propuesta y continuamos trabajando para que dentro de un tiempo Juan Carlos Pichardo Jr. se convierta en una marca de humor internacional”, confiesa.
Para ese proyecto el joven se ha basado en una disciplina estricta de ir montando voces, imitaciones, personajes y un engranaje que pueda ser disfrutado por cualquier público de habla hispana.
“Entiendo que se debe empezar a trabajar para cuando te llegue la oportunidad y contar con las cualidades. En el mundo del arte hay un poco de suerte, no solamente sirve el talento, se debe tener las herramientas necesarias para aprovechar cada oportunidad. No me canso de escribir, de agregarle cosas nuevas a mi show, montar voces lleva mucha disciplina para lograr la imitación”.
En su momento.
Esta es la época de Juan Carlos Pichardo Jr. y otros que han copado los escenarios dominicanos de Stand Up Comedy. “Creo que la base cultural tiene mucho que ver con el éxito de los humoristas. Hacer reír con este nuevo estilo tiene que ver con tu acervo cultural, y no necesariamente con un personaje o una comedia. El humor con esta generación está viviendo un momento histórico”, aseguró.