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Reacciones de la Iglesia Católica ante el fallo del Tribunal Constitucional
La reciente sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que despenaliza las relaciones homosexuales en el seno de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas ha provocado una convergencia de posiciones entre las principales confesiones cristianas del país. Tanto líderes católicos como figuras del clero evangélico han expresado un marcado rechazo, una postura que, según comentan algunos feligreses durante conversaciones informales a las afueras del templo, “no sorprende, porque cuando se tocan temas que alteran el orden moral, las iglesias suelen levantarse unidas”. Este comentario refleja el sentir de una parte de la ciudadanía que observa con inquietud los cambios jurídicos recientes.
El nuevo obispo coadjutor de Santo Domingo, Monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, se ha erigido en la principal voz católica que tilda el fallo de “desacertado” e “inconveniente”, reforzando el clamor de grupos como la Mesa de Diálogo y Representación Cristiana y el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue).
En el centro de la controversia, el obispo Morel Diplán manifestó su profunda preocupación por la decisión judicial, explicando que el TC “debió ponderar mucho mejor el tema”.
Desde su perspectiva, al anular los artículos que castigaban la “sodomía” en los Códigos de Justicia, el tribunal está “abriendo puertas en instituciones importantes como la Policía Nacional a la homosexualidad”.
El prelado insiste en la necesidad de cautela social, señalando que la medida “manda una mala señal para la sociedad”. Su principal argumento se centra en la protección de la estructura familiar tradicional: “Hay que cuidar y resguardar los valores familiares, la unidad entre el hombre y la mujer”.
Además, el obispo sugirió que el manejo de estos temas se está realizando de manera sutil, trayendo a colación acciones previas como la boda entre dos hombres oficiada por el exembajador de Estados Unidos, James “Wally” Brewster. Concluyó con una rotunda desaprobación: “Creo que es un paso desacertado de parte del Tribunal Constitucional”.
El clero evangélico califica el fallo como “una aberración ética”
La voz del obispo Morel Diplán se integra y potencia la airada respuesta que ya había emitido la comunidad evangélica, estableciendo un frente cristiano unificado.
La Mesa de Diálogo y Representación Cristiana calificó la Sentencia TC/1225/25 como una “aberración ética” y un “golpe directo a los principios morales, éticos y espirituales” de la nación. Consideran que la decisión es “inconstitucional” porque desconoce el marco valórico de la Constitución, además de introducir prácticas que, a su juicio, “quiebran la esencia misma del cuerpo castrense”.
Por su parte, el Codue, a través de su presidente Feliciano Lacen, aseguró que el fallo constituye “un atentado directo contra las buenas costumbres, la moral pública y los valores tradicionales”.
Advirtieron que la sentencia creará un “peligroso precedente” que podría acelerar un “proceso de erosión cultural”. Ambas entidades instaron a las autoridades a “revisar, revertir o dejar sin efecto esta decisión”, reflejando la misma preocupación por la disciplina militar y la moral social que expresó el obispo coadjutor.
Detalles del fallo y sus implicaciones institucionales
La unidad de las iglesias se levanta contra el fallo que declaró inconstitucionales el artículo 210 de la Ley 285 (Código de Justicia de la Policía Nacional) y el artículo 260 de la Ley 3483 (Código de Justicia de las Fuerzas Armadas). Estas normas sancionaban la “sodomía” con penas de prisión correccional de dos meses a dos años.
El Tribunal Constitucional determinó que estas disposiciones violaban el principio de razonabilidad y discriminaban de manera injustificada a las personas por su orientación sexual, afectando derechos como la intimidad, el libre desarrollo de la personalidad y el derecho al trabajo.
Sin embargo, el fallo no fue unánime. La magistrada Eunisis Vásquez Acosta emitió un voto disidente, argumentando que las normas debieron ser evaluadas dentro del régimen especial de disciplina militar, en el cual ciertas restricciones a derechos fundamentales se consideran válidas para garantizar la cohesión interna. Esta postura refuerza, de manera indirecta, las preocupaciones expresadas por las iglesias sobre el posible impacto disciplinario de la sentencia.
Por; Noticonexion
