«Antes para los clientes era lo mismo venir a comprar de día que de noche, pero ahora es diferente: por la noche muchas veces no quedan algunos productos y no podemos reponerlos hasta el día siguiente». Así lo explica Beatrycze, una joven polaca de 26 años que vive en Londres desde hace dos décadas y que trabaja como dependienta en un supermercado del centro de Londres. Precisamente, ABC realizó un recorrido por una decena de estos establecimientos, de cadenas como Tesco, Sainsbury’s, Aldi y Marks and Spencer, para comprobar, de primera mano, si es evidente la escasez de productos que ha sido denunciada en las últimas semanas por clientes y empresas, y cuyo origen está en la falta de conductores
de vehículos pesados. Este déficit de choferes ha provocado problemas importantes en la cadena de suministro que incluso generó en la última semana una grave crisis de abastecimiento de combustible. En la compañía Tesco, una de las más importantes del Reino Unido, no se nota especialmente la ausencia de ciertos alimentos, pero Beatrycze aclara que «aún es muy temprano, a eso de las seis de la tarde ya empiezan a verse las estanterías más vacías y nos cuesta reponer».
La misma opinión tiene Aleksander, trabajador en otro establecimiento de la capital británica y que asegura que aunque de momento en su lugar de trabajo «no falta nada durante más de unas horas», lo cierto es que ha sufrido en primera persona las quejas de clientes que al intentar comprar ya avanzada la tarde o justo antes del cierre, se encuentran con que no hay productos como pan o algunas carnes. «La gente se molesta porque en una ciudad como esta lo normal es encontrar cualquier cosa que necesites a cualquier hora, no estamos acostumbrados a tener que comprar a horas determinadas por miedo a quedarnos sin nada», afirma. En todo caso, este joven, que no quiere decir su edad pero que aparenta unos 30 años, asegura que teme «que todo empeore antes de Navidad» y detalla que no le gustaría ver escenas de violencia como las que se vivieron en algunas gasolineras. «El problema es que la gente está muy tensa con todo esto del Covid». A la pregunta de si considera que el Brexit es también parte del problema, responde que sí. «Muchos compañeros extranjeros como yo se fueron, no volvieron, y ahora falta mucho personal», explica, pero matiza que aunque la carga de trabajo es, por tanto, mayor, «la parte buena es que a los que quedamos nos han subido el salario». Precisamente empresas como Alda o Tesco aumentaron los sueldos de muchos trabajadores directos, incluyendo choferes de camiones para distancias cortas.
Johnson, un incompetente
En un tercer supermercado también se ven algunas estanterías vacías o con pocos productos, que al igual que en otros establecimientos son sobre todo las de gaseosas, pollo y pan, así como algunas frutas y verduras. «Si la gente empieza a comprar otras cosas de forma desesperada como ha hecho con la gasolina, sí que vamos a tener una verdadera escasez de todo», sentencia visiblemente molesta Ava, que considera que «todo el mundo se está volviendo loco, de verdad, ¡el virus no has vuelto sencillamente locos!», y aprovecha para recordar como el año pasado, al inicio de la pandemia, fue «alucinante» ser testigo de como se acababa el papel higiénico, que «nada tenía que ver con el coronavirus». «El gobierno lo hace todo mal, pero los clientes también», asevera.
Más crítica con el gobierno del primer ministro Boris Johnson se muestra otra dependienta que no quiere dar su nombre ni otra información personal, aunque sí dice que lleva en Londres «seis años» de los cuales «los últimos dos han sido los peores» y califica al ‘premier’ como «un incompetente». Aunque trabajaba como camarera antes de la pandemia, ahora lleva unas semanas en una cadena de supermercados pequeña, en la que «cada vez hay más trabajo pero menos personal y menos comida».
Por: Noticonexion/ABC