Emmanuel Macron sostuvo la mañana del domingo una conversación de una hora y cuarenta minutos con Vladímir Putin, previa a otra conservación con Volodímir Zelenski, «en un último intento, posible y necesario para evitar un conflicto mayor en Ucrania».
El presidente francés ya sostuvo con el presidente ruso otra conversación telefónica el pasado día 12 de este mismo mes de febrero. Conversación que no impidió el incremento de la presencia militar rusa en las fronteras ucranianas ni los ejercicios con misiles balísticos y de crucero, capaces de neutralizar cualquier país europeos, en cuestión de minutos, el sábado día 19.
Macron también fue el impulsor de una reunión, en París, de asesores diplomáticos rusos, ucranianos, alemanes y franceses, en París, el lunes 24 de enero, con el fin de intentar conseguir una desescalada de la crisis ucraniana, a través del «formato Normandía» (negociaciones a cuatro, entre Rusia, Ucrania, Alemania y Francia).
Reunión que tampoco ha dado unos resultados conocidos, por ahora, al menos.
Las conversaciones del presidente francés con Putin y Zelenski se percibían el domingo como un último o penúltimo intento de evitar una tragedia anunciada.
Horas antes de las conversaciones del presidente Macron, Anne-Claire Legendre, portavoz oficial del Quai d’Orsay (ministerio de Asuntos Exteriores), había declarado: «Constatamos una concentración sin precedentes de tropas rusas en las fronteras de Ucrania. Se han reunido todas las condiciones para una ofensiva militar masiva. A pesar de ese riesgo de ofensiva contra Ucrania, seguimos pensando que sigue abierta una ventana de posible diálogo diplomático. Si la crisis militar se agravase, nuestro apoyo a Ucrania se pondrá de manifiesto a través de sanciones que tendrán un impacto excepcional y sin precedentes para la economía rusa».
Por: Noticonexion/ABC