Las elecciones presidenciales en Estados Unidos podrían impactar significativamente en América Latina. La migración, las relaciones económicas, la estabilidad y el medioambiente son algunos de los focos.
La región se enfrenta a desafíos como poner freno a la desigualdad económica y social y mitigar los efectos del cambio climático. El gobierno de Estados Unidos que resulte electo el 5 de noviembre de 2024 podría influir en algunos asuntos, ya que América Latina tiene lazos profundos con EE. UU. en términos de comercio, migración, y seguridad. ¿Cuál será el escenario si ganara Donald Trump, y cuál si ganara Kamala Harris?
Comercio
«Tradicionalmente, el liberalismo de los gobiernos republicanos, contrapuesto al proteccionismo de los demócratas, no ha repercutido de forma negativa en América Latina”, dice a DW Matías López, académico en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, de Chile. «Pero eso ha cambiado”, agrega, «ya que Trump es un nativista y un proteccionista, y dice que va a imponer tarifas a las importaciones, por ejemplo, bajo el lema de ‘America First'». Más allá de eso, señala, se trataría de un gobierno potencialmente inestable e imprevisible, lo cual «siempre es malo para los negocios”.
«En 2025 habrá una renegociación del T-MEC, y si ganara, Trump intentaría endurecer todavía más las concesiones que había logrado al renegociar el TLCAN» con México y Canadá, explica a DW Leandro Morgenfeld, especialista en Historia Económica, de la Universidad de Buenos Aires. Piensa que Trump impulsaría «una mayor concentración y una relocalización de la producción en suelo estadounidense, cosa que no logró hacer antes”.
Si la ganadora fuera Kamala Harris, «dado que los acuerdos alentados por Barack Obama fracasaron por resistencias internas en Estados Unidos, no creo que haya avances. Vivimos en un mundo cada vez más intervencionista, con áreas económicas más protegidas en cuanto a políticas que apoyan las reformas sociales y económicas”. Los progresos hechos por Biden en esa área son insuficientes, destaca el investigador del CONICET.
Migración
«Si ganara Trump, veríamos medidas más radicales, vetos de entrada a algunos inmigrantes, como en su primera administración. Y Trump ha prometido incluso una serie de deportaciones masivas”, explica Renata Segura, directora para América Latina y el Caribe del think tank International Crisis Group, en entrevista con DW.
Aunque el gobierno de Biden ya ha tomado medidas bastante más duras que, por ejemplo, Barack Obama, «creemos que Trump pondría mucha más presión sobre México y otros países de la región, y sobre las personas que ya viven en Estados Unidos y están en procesos de asilo, o sencillamente indocumentados”.
Trump también podría frenar procesos de legalización iniciados por Biden y podría colaborar con el nuevo gobierno de Panamá para frenar la migración a través del Darién, explica.
Si Kamala Harris saliera vencedora en estos comicios, «no creo que veamos un cambio muy sustancial en la política de inmigración de lo que hemos visto durante la administración de Biden”, afirma Renata Segura. No habría medidas draconianas y «Harris trataría de seguir legalizando a los ‘Dreamers’, algo que Trump no estaría interesado en hacer».
Combate al narcotráfico, seguridad y salud
«Gane quien gane, la administración mexicana de Claudia Sheinbaumva a recibir muchas presiones para tratar de frenar la corrupción de funcionarios de alto nivel y controlar el flujo de narcóticos desde México a Estados Unidos”, dice Renata Segura. Pero es muy improbable que Harris ordene algún tipo de intervención militar.
En cambio, «sí es muy probable que una administración republicana trate de llevar fuerzas de seguridad a México”. La mayor preocupación de Estados Unidos es tratar de frenar la entrada de fentanilo. Puede que una administración Harris tenga «una política más suave, de legalización, o de regularización del mercado de la droga, o que trate de reducir la militarización”, añade Segura.
En cuanto a seguridad, «es de prever que la política de Harris sea muy similar a la de Obama, que no fue exactamente muy amigable hacia los gobiernos latinoamericanos”, resalta Matías López. «No olvidemos Wikileaks, o las escuchas a Dilma Rousseff”, subraya.
«En el primer mandato de Trump hubo un fortalecimiento de las fuerzas de seguridad”, recuerda Morgenfeld. Y el enfoque de Trump es militarista en lugar de centrarse en la salud pública, con presupuestos de salud fuertemente recortados. Y recuerda el retroceso en el tema del aborto que aprobó la Corte Suprema de EE. UU. con jueces ultraconservadores que Trump nominó. Kamala Harris no lograría revertir eso porque no cuenta con los votos necesarios, al menos en el Senado, explica.
Estabilidad política y democracia
«Es bastante claro que la elección de Trump representa un riesgo mayor a la estabilidad democrática, no solo de Estados Unidos, sino de la región, porque pretende ser un líder autoritario, y está aliado con líderes autoritarios fuera de EE. UU. «, señala Matías López, que investigó la supervivencia democrática en contextos de alta desigualdad. No hay que olvidar que «Trump intentó dar un golpe de Estado el 6 de enero de 2021, y que es amigo de Bolsonaro, que también lo intentó en Brasil en 2023”. Una victoria de Trump traería riesgos importantes para la estabilidad democrática dentro de Estados Unidos y para América Latina, advierte el experto.
«Trump no ha demostrado prácticamente ningún interés en promover la democracia o intervenir en crisis diplomáticas”, dice Renata Segura, autora de trabajos sobre prevención de conflictos. Pronostica que con Trump habría «un retiro de aún mayor de EE. UU. de los espacios democráticos en América Latina”. Aunque Biden ha tratado de volver a llenarlos, China y Rusia empezaron a ocupar esos espacios, explica.
Leandro Morgenfeld, investigador de las relaciones EE. UU.-América Latina, destaca que «muchos creían que Biden volvería a la política de apertura de Obama con respecto a Cuba, pero no lo hizo. Solo dio de baja algunas de las nuevas sanciones que había aplicado Donald Trump contra Cuba, pero no continuó en la senda de Obama”. Eso podría seguir así con Kamala Harris. En cuanto a Venezuela, «se levantaron algunas sanciones a Venezuela por la necesidad de petróleo que tiene Estados Unidos de cara a los conflictos en Europa y Medio Oriente».
Medidas para frenar el cambio climático
En cuanto a medidas para frenar el cambio climático, o mitigar sus consecuencias, «Trump es un negacionista del cambio climático, con todo lo que eso representa”, dice Matías López. Aunque «Kamala Harris tampoco está en contra de la fracturación hidráulica o fracking para la extracción de gas, por ejemplo, en Pensilvania, un estado bisagra», completa.
«A diferencia de Trump, los demócratas plantean la necesidad de participar en acuerdos multilaterales para establecer políticas a fin de mitigar el cambio climático, que Trump niega», señala Leandro Morgenfeld.
«Harris ha manifestado la necesidad de que toda la región combata el cambio climático, y que se defienda la selva del Amazonas”, concluye Renata Segura. «Habría una diferencia radical entre Harris, que hace del cambio climático parte central de su campaña, y Trump, que niega el cambio climático por completo”.
Por: Noticonexion/efe/afp/ap