A juicio de Rancier, la verdadera transformación de Gascue se produjo entre 1961 y 1965, y se inició tras el ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo, que provocó que una apreciable cantidad de familiares y relacionados del dictador, residentes en Gascue, abandonaran el país y dejaran detrás sus viviendas, que fueron ocupadas por familias indigentes o por otras instituciones del Estado.
Dijo que entre estas residencias estaban la casa del dictador en la Máximo Gómez, donde actualmente se halla el Teatro Nacional, la morada de la familia Trujillo-McLaughlin, donde se encuentra actualmente la Biblioteca Infantil, la casa donde se ubica la Escuela Nacional de la Judicatura, antigua residencia de Virgilio Trujillo, y donde está localizada la DGODT, antigua residencia de Julieta Trujillo.
Sostuvo que esta transformación se profundizó con la guerra de 1965, y que entonces muchas de las últimas familias originales de Gascue se trasladaron al barrio emergente de la burguesía urbana, el ensanche Naco y dejaron atrás sus casas paternas, que rápidamente cambiaban de uso y se inició un proceso de arrabalización del otrora hábitat de la burguesía urbana de Santo Domingo que se fue transformando, “de ser una zona residencial exclusiva a una zona mixta, habitacional y de servicios”.
Dijo que con los gobiernos de Joaquín Balaguer se consolidó la zona institucional creada alrededor de avenida México y que entre 1968 y 1970 Amable Frómeta diseñó el edificio en altura que hoy ocupa la Dirección General de Impuestos Internos, conocido por mucho tiempo como “Expo Libro” .
“En los años 70 se construyen en Gascue el edificio de oficinas Juan Pablo Duarte, de Pedro José-Cucho- Borrell, primera edificación de más de 10 pisos en el sector y un buen ejemplo de lo que he llamado “brutalismo mediatizado” y en 1978, el elegante edifico de Gay Vega para la Superintendencia de Seguros. Los Caro diseñan La Plaza de la Cultura (1970-73)”, enfatizó.
Expresó que en entre 1974 y 1978 se construyó la nueva sede del Banco Central. “Rafael Calventi fue el diseñador de esta obra ganada en concurso, que dota por primera vez a Gascue de una plaza, esta vez institucional, donde, y que, de acuerdo con Marianne de Tolentino, se instala en el país la primera pieza de arte público minimalista, refiriéndose al grácil conjunto de chimeneas que asoman en medio de la austera plaza”. ‘
Rancier manifestó que todas estas obras tendieron a consolidar, en Gascue, un centro administrativo gubernamental que tiene un enorme impacto en toda la zona, y evidencia un déficit de estacionamientos que ocasiona que las otroras tranquilas calles del sector se llenen de autos.
“Actualmente más de 50 oficinas del Estado (mal contadas) se han instalado en Gascue. Si le sumamos las clínicas y hospitales y las sucursales de bancos comerciales, podemos tener una idea aproximada de las demandas de servicios que tiene el sector e imaginarnos su impacto en un barrio residencial… el cambio de uso se extiende a los populares “colmadones”, hoteles de dudosa reputación y salones de masajes”, afirmó.
A continuación, argumentó: “Quizás el impacto más evidente es el caos en el estacionamiento vehicular que han originado estas instituciones que no cumplen con la cantidad de estacionamientos requeridos. Aquí es necesario apuntar que las autoridades municipales no han sido lo suficientemente diligentes para controlar los cambios de uso que se vienen dando en Gascue. Los días laborables encontramos las calles del sector copadas por los estacionamientos en la vía pública, la mayoría de las veces en ambos márgenes de la calle y dispuesto de acuerdo con el sentido de unos personajes surrealistas que son los llamados ‘parqueadores’, muchas veces armados con bates de béisbol y garrotes”.
Por: Emilia Pereyra