El costo creciente de los subsidios
El bono Tarjeta Joven, con un monto de 2,500 pesos mensuales para 10,000 estudiantes, es el último incentivo que se suma al repertorio de asistencias sociales del Gobierno del presidente Luis Abinader.
Pese al discurso de crecimiento económico, solo en 2024 la Dirección de Desarrollo Social Supérate gastó más de 50,000 millones de pesos en programas sociales. Solamente para Aliméntate, con 29,679.4 millones, y Bonogas, con 7,434 millones, se destinaron más de 37,113 millones de pesos en ese año.
Ese monto es el doble de los aproximadamente 18,200 millones que el Gobierno dejaría de recaudar si cumpliera con la Ley 11-92 del Código Tributario, que establece la indexación salarial anual para ajustar sueldos exentos del impuesto sobre la renta (ISR), según estimaciones del economista Richard Medina.
Entrada vs. salida: balance de asistencia social
La lista de programas sociales es amplia y variada. Además de Aliméntate y Bonogas, existen Bono Luz, Supérate Mujer, y Fondo de Discapacidad, entre otros.
Algunos son temporales, como La Brisita en Navidad, Bono Madre por el Día de las Madres o Bono a mil por el inicio del año escolar. Otros son geográficos, como el fondo de Agricultura Familiar Valle Nuevo, y ocasionales, como los fondos para las familias de las víctimas del colapso del techo de la discoteca Jet Set.
Unas 1.5 millones de familias reciben algún tipo de ayuda del Gobierno; sin embargo, el número que deja de recibirla es desproporcionado. Desde 2022, al menos 380,000 personas han salido de la dependencia económica, según datos de Gloria Reyes, directora de Supérate.
A nivel nacional, los dependientes rondaban los 5.3 millones al segundo trimestre de 2025, equivalentes al 50 % de la población, según el X Censo Nacional de Población y Vivienda 2022. Para 2026, el Gobierno ha consignado 738,460.6 millones de pesos para servicios sociales, representando el 45.5 % del gasto total y un 8.5 % del PIB.
Celos de la oposición y defensa gubernamental
Las asistencias sociales van de la mano con el discurso de crecimiento económico que presume el Gobierno. Sin embargo, los críticos consideran que reflejan la pobreza que afecta a algunos sectores sociales.
Los partidos opositores denuncian que estas ayudas son usadas con fines proselitistas, especialmente en periodos electorales, mientras que el Gobierno las defiende como principal antídoto contra la pobreza, que se situó en 18.05 % al primer trimestre de 2025.
El economista Miguel Collado Di Franco, vicepresidente de Crees, señala que la ayuda debería llegar de manera natural, no a través de dependencias de impuestos. Advierte que lo ideal es crear condiciones para que los hogares participen en actividades productivas, generando mayores ingresos y valor agregado a la economía.
Además, resalta que la tecnología y la innovación deben integrarse a la economía productiva para generar riqueza, siguiendo recomendaciones previas del Departamento de Estado al Gobierno dominicano.
Por: Noticonexion