Tratamos aquí, con la información disponible al momento, de describir en forma resumida lo que parece haber sido el fraude sistémico llevado a cabo por Odebrecht.
Los gobiernos, empresas públicas y personas implicadas en la impresionante red de corrupción diseñada y operada por la empresa brasileña acordaban la contratación de obras (carreteras, acueductos, plantas eléctricas) a sobreprecios o sobrevaloradas.
El dinero de la sobrevaluación, la cual alcanzaba entre 1% y 5% del valor total de la obra, era canalizado hacia fondos secretos e ilícitos para el pago de los sobornos.
Dichos fondos eran utilizados y gestionados por la llamada División de Operaciones Estructuradas de la empresa brasileña, para pagar a los funcionarios públicos y políticos que la habían ayudado a conseguir los contratos.
El objeto principal de estas operaciones era el financiamiento de las campañas electorales de los partidos políticos en el poder con el fin de perpetuar su control del Estado.
Sin embargo, los beneficiarios de los sobornos no se limitaban a los políticos, sino que incluían también toda una serie de agentes vinculados a los contratos fraudulentos, tales como lobistas, firmas asociadas de ingenieros, firmas de abogados y contables, y empresas suplidoras.
A través de un esquema intencionalmente complejo, los fondos de los sobornos se trataban de encubrir mediante una multiplicidad de formas: depósitos en bancos suizos, operaciones de lavado utilizando los negocios de pequeñas empresas de bienes raíces y otros servicios, y así por el estilo.
En fin, el origen ilícito de los sobornos era encubierto a través de ingeniosas formas como pagos en efectivo, en bienes de lujo (la empresa británica Rolls Royce está implicada en la red), transferencias a fondos “offshore”, uso de contabilidad paralela para mantener estas transacciones fuera de los libros de contabilidad que presentan al fisco y, en caso de funcionarios públicos, excluir de su declaración jurada de patrimonio los recursos del soborno.
Se estima que Odebrecht y su empresa asociada Petrobras, pagaron sobornos por la fabulosa suma de más de US#3,000 millones en unos 12 países, en el transcurso de 15 años hasta el 2014.