Cinco años después de su salida del poder, tras las elecciones presidenciales del 2020, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) continúa perdiendo dirigentes y políticos en una hemorragia política que parece no detenerse. Desde agosto de 2020 hasta la fecha, múltiples renuncias han mermado su estructura nacional y debilitado su presencia en los principales escenarios de toma de decisiones.
La estampida del PLD inició a mediados del 2020, cuando el que fuera el principal partido del país quedó destrozado en las elecciones por un emergente Partido Revolucionario Moderno (PRM) que, bajo la consigna de un cambio, se quedó con el Poder Ejecutivo y aumentó significativamente su presencia en el Congreso.
El 16 de agosto de 2020, con la instalación del nuevo cuatrienio legislativo y la llegada del PRM al poder, tres senadores —Félix Bautista, Dionis Sánchez y Franklin Peña— y varios diputados abandonaron el PLD para unirse a la recién formada Fuerza del Pueblo. En total, ese año el partido morado perdió tres senadores y 22 diputados, un golpe que alteró la correlación de fuerzas en el Congreso.
En esa misma fecha, ocho miembros del Comité Central renunciaron: Ramón Valerio, Julián Roa, Alexis Sánchez, Juan Francisco Caraballo Núñez, José Manuel Saldaña Peña, Euclides Sánchez, Wiston Báez y Elías Serulle.
La condena del PLD a esta ola de salidas no ha logrado frenar la tendencia. En los años siguientes, las renuncias se han mantenido de forma constante, evidenciando que la falta de cohesión interna y de un liderazgo renovado continúa provocando que dirigentes históricos y cuadros intermedios busquen nuevos espacios políticos. A la par, partidos como la Fuerza del Pueblo y el PRM han sabido capitalizar ese desencanto, atrayendo no solo a figuras de alto perfil, sino también a sus equipos y estructuras territoriales.
En 2022, las salidas incluyeron al diputado Rafael Castillo, que se fue a la Fuerza del Pueblo; la legisladora Sandra Abinader y el exsenador Julio César Valentín, que también abandonó la organización. El 2023 marcó otro año de pérdidas importantes. El siete de febrero se marchó el diputado Carlos Sánchez, que luego se juramentó en el PRM. A él, en ese mismo año, le siguieron el exsenador Luis René Canaán, el alcalde Miguel Guarocuya Cabral y los diputados Bolívar Valera, Víctor Suárez, Eddy Montás y Lupe Núñez, quienes actualmente están vinculados a la organización oficialista.
En el 2024, en plena intensidad electoral, las deserciones incluyeron a la diputada María Mercedes Fernández, juramentada en el PRM, al exministro de Administración Pública, Ramón Ventura Camejo, a Marino Collante, un excandidato a senador, y al alcalde de Jamao al Norte, Jairo Morillo. Ese mismo año, el excandidato a alcalde Domingo Contreras y el exdiputado Carlos Amarante también abandonaron las filas peledeístas.
El 2025, lejos de detener la tendencia, la ha reforzado. Entre enero y febrero salieron figuras como el exministro de la Juventud, Jorge Minaya; el exdiputado Radhamés Fortuna; el exdiputado Juan Julio Campos; el diputado Carlos Gil; Víctor Peña, presidente municipal de San Luis; y el regidor Manuel Villanueva, de Santo Domingo Este. La más reciente ola ocurrió el 11 de agosto de 2025, con la salida de José del Castillo Saviñón y Charinee Ovalles, junto al vicesecretario de Cultura del PLD, Carlos Sánchez.
Aunque las salidas incluyen a dirigentes conocidos, también hay un flujo constante de políticos de menor perfil y miembros del Comité Central que abandonan el partido, debilitando su estructura y capacidad de movilización. Para el politólogo Valentín Amador, esto refleja un desgaste político profundo que no se limita a las figuras públicas. Considera que, pese a haber pasado cinco años desde que el PLD dejó el poder, el partido aún no presenta una estrategia sólida para frenar la sangría y se limita a minimizarla públicamente, mientras sus adversarios políticos continúan ganando terreno.
Por: Noticonexion