Este jueves venidero se graduarán los primeros 1000 policías de la Escuela de Entrenamiento Policial de Gaspar Hernández, un grupo que se formó con el plan de estudios elaborado por el equipo de la reforma policial, la promoción 142 de la Policía Nacional o, como ellos suelen hacerse llamar, “los policías de la reforma”.
LOS ASPIRANTES
El aumento salarial, el acceso a un seguro médico, a transporte de Metro, teleférico y Omsa, así como otros beneficios, han incrementado de forma considerable la cantidad de solicitudes para ser miembros de la institución de orden público.
Así, de ejemplo, en 2023 se recibieron más de 7 mil solicitudes y de estas 4,804 fueron aceptadas porque sus expedientes estaban completos.
Sin embargo, este año 2024 el número se triplico y las autoridades recibieron más de 24 mil postulaciones para ser miembro de la institución. De estas, 13, 907 fueron admitidas para elegir 2,000 que ingresarán a la escuela el próximo año.
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El plan es que para 2028 haya 20 mil policías nuevos formados con los estándares de la reforma, lo que se traduce a 5,000 policías por año. En cumplimiento con este plan, en enero entrará un grupo de 2,000 y en julio otro grupo con igual cantidad.
“Queremos más policías, pero mejores policías; no se trata de incorporar grandes cantidades de policías, sino que las incorporaciones sean ordenadas, que haya una buena selección y reclutamiento”, explicó Luis Ernesto García, Comisionado Ejecutivo para la Reforma Policial.
Por otro lado, agregó, “que el proceso de reclutamiento en este centro sea regularizado en enero con la incorporación de 2,000 policías en enero. En total, este centro formará 4,000 policías cada año. En Hatillo se formarán 1,000 mil.
INTERéS EN ASCENSO
Si analizamos las solicitudes por género, en 2023 apenas aspiraron 511 mujeres frente a 4,293 hombres, con 3,782 solicitudes de diferencia. Sin embargo, en 2024 se postularon 6,574 mujeres y 7,333 varones, una diferencia de 759 a favor del género masculino.
Pero de acuerdo a las autoridades policiales, esta brecha podría irse cerrando con el tiempo, y así las mujeres tendrían un espacio mayor, no así una cuota como ocurría en promociones anteriores.
LAS EDADES
La mayoría de estudiantes son muy jóvenes, con edades de entre 18 y 23 años, aunque hay otro grupo que tiene hasta 30 años, que es la edad límite para el ingreso.
PROVINCIAS
La mayoría de policías son de la región Sur, aunque en nuestro encuentro con los aspirantes a raso había personas de Monte Plata, La Romana, El Seibo y el noroeste.
NUEVAS CONDICIONES PARA POLICíAS
“Desde que el policía ingresa en la escuela, su salario es de 25,000 pesos, además de tener garantizado su desayuno, almuerzo y cena y su espacio para dormir cómodos”, cuenta uno de los agentes.
Jeimy Paola es oriunda de Jimaní y viene de una familia con 7 miembros en la policía. Ella cuenta que mientras se preparaba, su familia le decía: “Esto es fuerte, te van a humillar, te van a decir tu no sirves, tu eres una inservible, pero es preparándote la mente para si un ciudadano te insulta o te trata mal, pero a lo que yo veo no es así ya”.
El día de visita de su familia al campus de Gaspar Hernández, su hermana mayor, que también es policía, le decía: “Waoo, esto está diferente en verdad”.
Al salir todos reciben un incentivo, dependiendo si son asignados a departamentos o patrullas, y el mismo aumenta dependiendo el nivel de riesgo al que están expuestos.
Los agentes con más antigüedad en el servicio cuentan que las condiciones han cambiado de forma notable para beneficiar a los policías.
“Cuando yo ingresé a la policía, hace 20 años, yo cobraba 2,600 pesos en cheque, y así duré más de 5 años”; en las escuelas de entrenamiento no había agua, muchas veces para tomar y en ocasiones ni para bañarse, y ahora es diferente”, cuenta un oficial, que prefirió no ser identificado.
“Yo, incluso, tuve que tomarme el agua limpia de un tanque de inodoro porque no había”, destaca otro oficial.
LA EDUCACIóN COMO PILAR
El programa de formación de los nuevos policías consta de 10 meses, 7 de entrenamiento y estudios, y 3 de pasantías en las calles. Desde que el estudiante ingresa al campus de Gaspar Hernández cuenta con una laptop y todo el recinto cuenta con internet gratuito para los estudiantes.
El centro tiene 30 aulas climatizadas en las que los estudiantes recibirán un total de 25 asignaturas que van desde comunicación efectiva, inteligencia emocional, el manejo de emociones y de la ira.
“Estos cursos no sólo se está dando a los nuevos, sino también a los policías en servicio, porque en una situación de conflicto tú vas incrementando la ira y se va exacerbando el conflicto, y si tú no tienes mecanismos de control se desemboca en hechos lamentables”, establece MuKien Sang Ben, directora ejecutiva de la Comisión de Reforma Policial.
También se les imparte derechos humanos, derecho procesal penal, derecho constitucional, ofimática, manejo de conflictos, español y otras. Los docentes son catedráticos universitarios, muchos de los cuales pernotan en el centro por la cantidad de asignaturas que deben impartir a la semana.
“Yo me emocioné oyendo esos muchachos decir que algunas personas que ellos ayudaban les querían dar dinero, y ellos le dijeron no si usted quiere regalarme algo regale una botella de agua, porque nosotros lo estamos haciendo porque somos la nueva policía, la policía de la reforma”, explicó Sang.
Se evalúa no sólo su desempeño, sino el orden y la limpieza de su espacio, y cómo se involucra con las tareas del centro. Un grupo está asignado a la cocina donde sirven el almuerzo, limpian el área al terminar, ya que la comida la cocina un equipo contratado para esas labores.
Mientras otro equipo se encarga de limpiar las áreas verdes, el complejo cuenta con más de un millón de metros cuadrados terreno vegetativo, el acceso a la playa y las 5 piscinas para prácticas de natación. “Vimos que el currículo era muy deficiente y no estaba elaborado con los esquemas que pide el Mescyt, y los esquemas del mundo moderno que es un diseño de currículo por competencia. Hicimos un diseño de currículo que es provisional, porque ya hay una propuesta curricular que abarca no solo los rasos, sino también los cadetes.
“En este proceso de transformación lo que hemos querido es reorientar una nuevas prácticas de educación en la policía, siempre hemos pensado que el elemento cultural más importante de transformación en la policía es la educación por eso estamos en un tema de transición donde nos hemos alejado y queremos que las malas prácticas como el castigo no estén presentes en la educación, sino que la educación este permeada por elementos importantes de ciudadanía”, explica García Hernández.
REFORMA EDUCATIVA
En 2021 se hizo el diagnóstico y propuesta educativa, en 2022 la aplicación y en 2023 inicio la escuela de formación.
“Pero además de eso están los cursos complementarios que se han trabajado con más de 8 mil policías, que se le han dado cursos de reentrenamiento a policías en servicios, con cursos de derechos humanos, resolución de conflicto y todo ese tipo de cosas”, destaca Sang.
ENTRENAMIENTOS
La jornada de los nuevos policías cuenta con un entrenamiento matutino, y posteriormente un tiempo en aula, el almuerzo, y una jornada vespertina de entrenamiento y formación.
“Ya no es como antes que desde que salía el sol estábamos entrenando hasta las tantas”, destaca un miembro de la policía.
“Las prácticas basadas en el castigo que eran prácticas distorsionadas que venían del pasado, estamos erradicándolas totalmente. Ahora, el estudiante llega y tenemos la meta de que tenga un buen instructor policial, que este entrenado y supervisado, y sea respetuoso de los derechos de las personas.
Cuando tenemos un buen instructor policial y el estudiante llega a este campus lo más importante es que pueda tener las mejores habilidades y eso las construye con la educación, la educación es el cambio en la mentalidad del policía”, destaca el comisionado.
TESTIMONIOS DE VIDA
Fernando José Cuevas tiene 22 años, es oriundo de Polo en Barahona, es el mayor de 3 hijos, de una familia que tiene un padre ausente y que no aporta en la economía familiar. A sus 15 años salió de su casa a trabajar para ayudar a su familia.
Antes de ser policía trabajaba como dependiente en un mercado en Sabana Perdida donde ganaba 12 mil pesos mensuales con los que debía aportarle a su familia, mantenerse y pagar una habitación.
“Yo me imaginaba entrar a la policía para ayudar al ciudadano y mejorar mi calidad de vida. Ahora que soy policía mi familia me ve con más respeto, puedo ayudarlos más, y soy el primero de toda mi familia en estudiar”, explica Cuevas.
Isaura Quezada, tiene 21 años, es oriunda de Elías Piña se mudó a Santo Domingo para ayudar a su familia y trabajaba en una tienda china ganando 13 mil pesos al mes. “Mi familia ahora está muy orgullosa, en el barrio ahora me dicen ‘Amet’”.
Por: Noticonexion