Francia bajo presión: crisis política que traspasa fronteras
En medio de una creciente crisis política, Francia se encuentra sumida en protestas masivas que han puesto contra las cuerdas al presidente Emmanuel Macron. Lo que comenzó como una manifestación con un aire festivo, terminó reflejando la profunda frustración de cientos de miles de ciudadanos ante las medidas de austeridad y el rumbo económico del país. Con más de 500,000 manifestantes en todo el territorio, los sindicatos y diversos sectores sociales dejaron claro su descontento.

La popularidad del presidente sigue desplomándose: solo el 17 % de los franceses mantiene una opinión positiva de su gestión. Esta situación interna no solo tiene consecuencias nacionales, sino que empieza a generar preocupación internacional, especialmente dentro de la Unión Europea.
Cambios de gabinete no calman la indignación social
La indignación aumentó con el anuncio de recortes por 44,000 millones de euros, entre ellos la supresión de días festivos y ajustes en salud y desempleo. El reemplazo del ex primer ministro François Bayrou por Sébastien Lecornu no logró calmar los ánimos. Para muchos, Lecornu representa una línea aún más dura y conservadora, lo que acentúa la desconexión entre el Gobierno y los sectores más vulnerables.
El nuevo jefe de Gobierno deberá presentar su proyecto presupuestario en un Parlamento donde no tiene mayoría, lo que complica aún más la gobernabilidad. Mientras tanto, el país sigue bajo la dirección de ministros en funciones, limitados legalmente para actuar más allá de lo estrictamente necesario.
Un escenario ideal para los intereses de Rusia
La inestabilidad política francesa ya empieza a impactar el llamado motor franco-alemán en la UE. Con un gobierno débil y sin margen de acción, Francia pierde influencia estratégica en negociaciones clave. Esto podría afectar la implementación de proyectos comunes, como las inversiones en defensa, fundamentales en el contexto geopolítico actual.

Expertos advierten que este debilitamiento es observado con atención por potencias como Rusia. Para Vladimir Putin, el caos político en Francia representa una oportunidad para fomentar la desestabilización europea. Las huelgas, la fragmentación política y el crecimiento de la extrema derecha alimentan un clima que Moscú podría explotar, especialmente a través de la desinformación. Así, lo que comienza con una protesta nacional, puede tener implicaciones globales.
Por: Noticonexion/efe/afp