En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, expertos debatieron sobre estrategias comunicativas para combatirlo.
Cuando la única nieta de la maestra uruguaya Yaraví Roig falleció por suicidio a los 19 años, su mundo se vino abajo. Tras pasar varias fases de duelo, creó la asociación civil Resistiré, con el objetivo de prevenir suicidios entre los jóvenes y ayudar a los «sobrevivientes”, es decir, a aquellas personas que han perdido un ser querido y se ven obligadas a gestionar el fallecimiento.
El caso de la nieta de Roig es uno más en la negra estadística de los suicidios en Uruguay, un país que goza de una democracia avanzada y que se encuentra entre los más felices de la región, según el Índice de Felicidad Global de la ONU. Sin embargo, tiene una de las tasas más elevadas de suicidios de toda Latinoamérica: en 2019 ocupó el tercer puesto en la clasificación elaborada por la Organización Panamericana de la Salud, con una tasa de 18,8 por 100.000 habitantes, solo por detrás de Guyana y Surinam. Según datos oficiales del Ministerio de Salud Pública del país, en 2023 se suicidaron 823 personas, la cifra más elevada desde 2010. «Es contradictorio y sorprende la elevada tasa”, dice a DW Yaraví Roig, quien aboga por «más políticas de Estado para que esto no suceda”.
Tasa elevada también entre los adolescentes
De acuerdo con lo informado por el Ministerio de Salud Pública, las cifras oficiales muestran que en Uruguay en 2021 se suicidaron 16,4 adolescentes de entre quince y diecinueve años cada cien mil habitantes, ubicando al suicidio como la primera causa de muerte en la población de esa edad. «Entre los jóvenes hay mucho consumo de drogas y mucho abandono, no solo afectivo, sino real, porque los padres están fuera de la casa por su trabajo”, apunta Yaraví Roig.
El efecto imitación
«La gente piensa en el suicidio cuando se siente atrapada”, ha destacado el doctor Mark Sinyor, profesor asistente de Psiquiatría en la Universidad de Toronto, durante una ponencia organizada por la Organización Panamericana de la Salud en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el 10 de septiembre de 2024.
En ese sentido, él y otros expertos abogaron por cambiar la narrativa de los medios de comunicación relativa al suicidio. Synior ha confirmado la máxima de que muchos suicidios se producen por imitación, debido al llamado «efecto Werther”, ya que la publicación en 1774 de la novela de Goethe Las penas del joven Werther fue seguida por una oleada de suicidios de jóvenes inspirados en el héroe.
El experto ha corroborado este fenómeno mostrando una gráfica con el crecimiento del número de suicidios producida después de que una celebridad de Hollywood se quitara la vida. Sin embargo, Synior ha destacado que el comportamiento humano también imita la supervivencia, refiriéndose al llamado «efecto Papageno”. El personaje de la ópera de Mozart La flauta mágica sufre por amor y trata de ahorcarse, pero es salvado por tres espíritus que le animan a tocar sus campanillas mágicas y vivir. Para Synior, que los medios de comunicación muestren más historias de supervivencia puede contribuir a combatir el problema.
Por: Noticonexion