Las recientes decisiones de gigantes tecnológicos estadounidenses de retirar del mercado europeo sus últimos modelos de inteligencia artificial han suscitado preocupación por el nivel de regulación en el bloque.
Oleg Stavitsky no se anda con rodeos cuando se le pregunta hacia dónde cree que se dirige el sector europeo de la inteligencia artificial (IA). «En última instancia, la UE quedará aún más rezagada”, dice a DW el CEO de Endel, una aplicación musical basada en IA. «Las normativas y la burocracia están estrangulando la innovación en la UE. Es así de sencillo».
La reciente decisión de gigantes tecnológicos estadounidenses como Apple y Meta de no introducir en el mercado europeo algunos de sus modelos de inteligencia artificial más avanzados, ha suscitado dudas sobre la situación actual de las empresas de este sector en el bloque.
Apple anunció en junio que retrasaría el lanzamiento de tres nuevas funciones basadas en IA para los usuarios europeos debido a la incertidumbre sobre cómo podría afectarles la Ley de Mercados Digitales de la UE. Por ese mismo tiempo, Meta comunicó que no lanzaría su modelo avanzado de IA Llama en la UE, debido a «la naturaleza impredecible del entorno normativo europeo».
No es la primera vez que los principales desarrolladores estadounidenses de IA expresan fuertes reservas. El año pasado, Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, la empresa tecnológica responsable de ChatGPT, señaló, en lo tocante a la Ley de Inteligencia Artificial de la Comisión Europea: «Intentaremos cumplirla, pero si no podemos, dejaremos de operar».
Un «tsunami» de regulaciones
En los últimos años, la UE ha intentado regular la economía digital en los Estados miembros con diversas leyes.
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) entró en vigor en 2018, la Ley de Mercados Digitales en 2022, la Ley de Datos en 2023, mientras que en 2024 destacan otras dos importantes normas: la Ley de Inteligencia Artificial y la Ley de Ciberresiliencia.
«El mayor problema que vemos es que las empresas más pequeñas se enfrentan a un tsunami de lo que llamamos sobrerregulación», dijo a DW Cecilia Bonefeld-Dahl, directora general de DigitalEurope, que representa a más de 45.000 empresas del sector tecnológico del continente.
La experta considera que el creciente costo del cumplimiento de la normativa está llevando a muchas empresas a abandonar el mercado europeo. Según ella, cerca de un tercio de los «unicornios» de la UE -empresas de nueva creación valoradas en más de 1.000 millones de dólares, de propiedad privada y que no cotizan en bolsa- han abandonado Europa para trasladarse a EE. UU. en los últimos años.
Cediendo terreno
«Queremos que las start-ups o empresas emergentes europeas crezcan, se conviertan en grandes empresas y compitan con algunas de las grandes compañías tecnológicas de Estados Unidos. Eso no va a ser posible si se sigue añadiendo regulación sobre regulación», explica a DW Alex Voica, responsable de asuntos corporativos y política de Synthesia, una plataforma de videos de IA con unos 400 empleados.
En lo que respecta a la regulación de la IA, Cecilia Bonefeld-Dahl espera que la UE y EE. UU. puedan trabajar juntos para identificar definiciones comunes de riesgo y armonizar sus normas. «Creo que eso es lo importante, que mantengamos un diálogo entre naciones democráticas y afines para examinar los riesgos reales y olvidarnos del exceso de regulación», afirma.
Déficit de financiación
Asparuh Koev, director de la empresa búlgara de logística Transmetrics, señala que ninguna de las principales empresas de capital riesgo o de IA del mundo procede de Europa. «No hay nada», afirma. «Estamos completamente mal equipados. Esto nos ha pillado por sorpresa. En Europa, somos muy buenos adoptando la innovación una vez que se ha probado seriamente, pero no la adoptamos en forma temprana».
El ex primer ministro italiano Mario Draghi dio a conocer un informe sobre la competitividad europea, en el que aboga por una nueva estrategia industrial para Europa e insta a la UE a aumentar la inversión en 800.000 millones de euros anuales para competir con Estados Unidos y China.
«Fue grato ver que Draghi reconoce que, si queremos ganar la partida de la seguridad, la innovación y la prosperidad en Europa, no podemos simplemente recostarnos y decir ‘oh, todo es peligroso’ y cargar a las empresas con millones de millones de costos» para cumplir las normas, dice Bonefeld-Dahl. «Una empresa en Europa tiene ahora más costos de cumplimiento (de normas) que de investigación y desarrollo. Y eso es totalmente, totalmente erróneo».
Por: Noticonexion/efe/afp